viernes, 12 de febrero de 2016

Entrevistas: Una carta desde la cárcel (parte I)

Estreno de la sección entrevistas. La prisión es una de esas realidades paralelas que apenas conocemos. Sabemos cómo se puede llegar a entrar, pero no lo que supone estar dentro, y mucho menos si la atención que reciben los internos es la adecuada ¿Qué prejuicios tenemos sobre la vida en reclusión y cuales son realmente ciertos? En la tele las pocas menciones que se hacen a la cárcel es cuando hay gente famosa en prisión, poco más, lo que acrecienta falsos mitos de quienes viven esta realidad.



Vamos a traspasar los altos muros de la cárcel para darle voz a un interno. Recientemente he tenido la oportunidad de comunicarme con una persona que cumple actualmente condena en una prisión andaluza, y le formulado una serie de preguntas a las que me ha respondido por carta. Evidentemente lo reflejado aquí es la opinión de dicho interno, lo que no significa que sea extrapolable a la realidad general o que comulgue con lo que yo pienso. No he censurado nada y lo transcribo tal cual. He dividido la entrevista en dos partes, ya que me parece interesante para su mejor profundización. Ante todo mi mayor agradecimiento a él por su colaboración y sinceridad a la hora de responder.


¿Qué supone pasar de la libertad a entrar en prisión?

A mi parecer supone un “periodo purgatorio” en el que se consume nuestro tiempo y pensamiento y pensamientos en muchas cosas que has hecho mal en la vida o en un momento puntual, el cuál te hace verte aquí. Se genera un espacio de reflexión, pero no precisamente en él delito que te ha traído aquí, sino en aspectos de carácter personal o emocional que te atormentan y te quitan el sueño. 

Ya después  dependiendo de la fuerza y el temple emocional que tenga cada uno puede llevarte a una depresión o a aprovechar para recapacitar sobre tantos recuerdos y pensamientos que nos bombardean continuamente en la soledad de nuestro encierro. Desde mi punto de vista, dependiendo como gestione estas emociones, el interno puede entrar en un proceso de deterioro personal y  emocional, desvalorizándose a sí mismo y atomarginándose, lo que podría llegar a ser su propia autodestrucción personal antes que un periodo de rehabilitación

Luego está todo lo que has dejado fuera: trabajo, familia, pareja, proyectos, planes… que en este punto hay que aceptar que se quedaron detrás del muro y que cuando salgamos retomaremos lo que se pueda y  aún permanezca ¿Lo que no? Pues cuanto antes aceptemos que es el tributo que nos ha tocado sacrificar, antes podremos volcar nuestras fuerzas en otros planes posibles. Dentro también tenemos que entender y saber que se han perdido muchas cosas que no vamos a encontrar cuando salgamos, y eso duele mucho, como puede ser ver crecer a un hijo.

¿La atención que recibes la consideras adecuada?

En temas de estudios, escuela, médico, terapia, psicólogos u trabajadores sociales que son muy importantes es bastante deficiente. Desde mi punto de vista todo va muy lento y es ineficaz en la mayoría de casos. Tienes que tener mucha paciencia y persistencia. Como no estés encima no consigues nada. Aquí no se le da la importancia suficiente a las necesidades o problemas que tenemos,  y cuya atención haría nuestra reclusión mucho más llevadera

“Ajo y agua” es una contestación muy habitual aquí como respuesta a alguna petición sobre algún tema que necesites y quieras abordar. Eso si… curas católicos, evangelistas, el culto y todo un elenco de predicadores tienes a tu disposición, algunos hasta 2 y 3 veces en semana que te aseguran cubrir la atención espiritual que necesitas para la solución. Así está el patio señores.

¿Crees que la cárcel rehabilita socialmente a las personas?

Pienso que la rehabilitación es un concepto bastante ambiguo. La conducta de una persona, su forma de ser, su filosofía de vida y por lo tanto de actuar, no es algo que se desactive al momento como un interruptor o cambiar una bombilla por otra diferente.

Yo soy yo por la suma de experiencias vividas, por las decisiones que tomé mal o bien, por las determinaciones y la perseverancia que tuve en ellas. Todo esto es un largo desarrollo enmarcado por el escenario social de donde me crié, de los lugares y personas con lo que me he relacionado, con la educación que me dieron, y con los valores que he ido adquiriendo por las experiencias a los largo de mi vida. 

¿En qué punto estos factores esta el error que me llevo a delinquir?

No sabría decirlo. Pienso que nunca he hecho lo que debía, siempre he hecho lo que creía. Puede que el problema no sea el 100% del preso, todos los que estamos aquí  hemos delinquido está claro, pero somos el resultado de un sistema que no funciona. De una sociedad podrida que necesita muchísima mayor rehabilitación que nosotros. No quiero exculparme ni mucho menos, solo reflexionar.

La delincuencia social es también un hecho. Ningún banquero o pocos de los que conozco son honrados. Los bancos  roban a muchos ancianos por medio del engaño. Los políticos roban a bolsa llena, es un gran negocio. Alcaldes recalifican terrenos naturales para especular con ellos robando patrimonio natural de todos, los países sobornan con dinero para tener derecho a contaminar sin importar las consecuencias, las multinacionales también… Hay muchos abusos laborales que roban sudor y dignidad a un trabajador que encima tiene que agradecer que le den un trabajo. Es interminable la lista de delitos y comportamientos deshonrosos que a diario se cometen a nuestro alrededor y se supone que toda esa gentuza es la que construye la sociedad donde vivimos y que dan ejemplo de honradez.

¿Quién juzga al juez y a sus fiscales? ¿Quién controla a quienes nos controlan? ¿Quién rehabilita al sistema que nos quiere reinsertar en esa sociedad? ¿Quién nos da lecciones de honradez? Nos graban a fuego una sociedad de consumo, de valores materiales a los que la gran mayoría no podemos acceder.  En definitiva, un mundo de ficción que te convierte esclavo del consumismo. Es un mundo idealizado, antinatural e inalcanzable para los pobres desgraciados que quieren intentar alcanzar todo los que nos anuncian por la tele. Es insostenible. La jerarquía social es una larga escalera en la que cada peldaño vale una pasta que no todo el mundo se puede permitir.
 
¿Por qué piensas que algunas personas llegan a reincidir?

Cada persona o caso es particular. Por lo que veo aquí, en la prisión en general  y sobretodo en mi módulo con mis compañeros con los que me relaciono la mayoría entramos porque nos gustaba llevar un nivel de vida acomodado. Me pongo como ejemplo: procedo de una buena familia con una buena educación, valores y principios morales, nunca faltó el dinero en mi casa, ni comida ni ropa y delinquí sin necesidad.

Es verdad que en el caso de otros compañeros están por motivos económicos de no tener trabajo, hipotecas que pagar, deudas, familias que mantener etc.  No sé si la zona donde vivimos (provincia de Cádiz) tiene algo de culpa en todo esto, ya que hay ciudades como La Línea de la Concepción donde el tráfico y el contrabando está a la orden del día, pero eso sí,  allí también vive mucha gente trabajadora.

Sabemos perfectamente lo que es legal y lo que no, y que las cosas en la calle están duras, así que nada va a cambiar porque pasemos una temporada encerrados, ya que cuando salgamos seguirá produciéndose lo mismo. Hace tiempo se podía decir que con poco me conformo, que no te hacía falta mucho para vivir, pero hoy es necesario mucho dinero para subsistir. Estoy seguro que nadie quiere volver a la cárcel, pero hay que tener muchos cojones para pedir limosna. En este punto recuerdo el dicho de “es más rico el que menos necesita” porque por desgracia se necesita si o si. Desde luego si algo se aprende bien en la cárcel es precisamente a delinquir, y si algo hiciste mal y te encerraron por ello aquí puedes aprender a hacerlo mejor para la próxima vez y que no te pillen. En tus pensamientos está el volver a hacerlo ya que es el tema preferido de conversación del 80% de los internos. Por desgracia es así

Podeis leer la segunda parte de la entrevista pinchando aquí

4 comentarios:

  1. Hola Javier, lo primero gracias por mandarme el enlace para que leyera estas letras.
    La carta me parece muy realista, la verdad es que me ha transportado a una conversación informal con cualquier usuario de mi módulo, quizás con cierta falta de objetividad, y es normal, pues esta persona se expresa desde su posición como preso.
    Lo que de verdad me ha chirriado un poco es el tema de la atención personal que recibe. No sé en que centro penitenciario está contextualizado el interno en cuestión, supongo que en alguno de los existentes en Cádiz. Tal vez al preguntarles a los usuarios con los que trabajamos en Almería la contestación fuese la misma y puedo darles la razón en que algunos de los profesionales pueden brillar por su ausencia, pero jamás podrán rebatirme la figura del Educador, los maestros, monitores, personal médico y por supuestísimo de las trabajadoras/es sociales.
    Quien lleva trabajando décadas en prisiones sabe de la importancia del Tratamiento Penitenciario y de como las prisiones han evolucionado hacia un modelo más humano. La suerte que tenemos en Almeria, es que nuestro centro no es Tipo (esto es, macrocárcel), con lo cual la relación con el interno es más cercana y mucho menos fría que en una prisión ultramoderna donde los funcionarios solamente ven a los internos por cámaras y la interacción es mínima.
    En el libro de Mercedes Gallizo "Penas y Personas" si lo habéis leído, muestra también cartas de los presos a la que fué durante años nuestra Directora General, y también me sorprendieron muchas de las quejas que tenían los usuarios y sus familias, también agradecimientos, aunque menos.
    Enhorabuena por la iniciativa...

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    1. Buenas Jose Manuel, esta muy bien contar con tu opinión puesto que como comentaba al inicio de la entrada el trabajo social en prisión es el gran desconocido de nuestro ámbito. La queja sobre la atención que recibe creo que responde, aparte de los argumentos que tenga, a la frustración de verse tan limitado por el simple hecho de estar preso. Respecto al papel de los profesionales dentro de la cárcel he escuchado alguna vez que os encontrais muy limitados a la hora de intervenir debido a la normativa y excesiva burocratización del sistema ¿Qué nos podrías decir sobre esto? Sobre el tema de quejas y agradecimientos te encomiendo a leer la segunda parte la semana que viene ya que manda un mensaje a todas las personas que trabajais en centros penitenciarios. Saludos

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  2. Respuestas
    1. Gracias compañero, la verdad que es una experiencia bonita darle voz a una persona que se encuentra en esta situación. Saludos

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