Estreno de la sección entrevistas. La prisión es una de esas
realidades paralelas que apenas conocemos. Sabemos cómo se puede llegar a
entrar, pero no lo que supone estar dentro, y mucho menos si la atención que
reciben los internos es la adecuada ¿Qué prejuicios tenemos sobre la vida en
reclusión y cuales son realmente ciertos? En la tele las pocas menciones que se
hacen a la cárcel es cuando hay gente famosa en prisión, poco más, lo que
acrecienta falsos mitos de quienes viven esta realidad.
Vamos a traspasar los altos muros
de la cárcel para darle voz a un interno. Recientemente he tenido la
oportunidad de comunicarme con una persona que cumple actualmente condena en una
prisión andaluza, y le formulado una serie de preguntas a las que me ha
respondido por carta. Evidentemente lo reflejado aquí es la opinión de dicho
interno, lo que no significa que sea extrapolable a la realidad general o que comulgue
con lo que yo pienso. No he censurado nada y lo transcribo tal cual. He
dividido la entrevista en dos partes, ya que me parece interesante para su
mejor profundización. Ante todo mi mayor agradecimiento a él por su
colaboración y sinceridad a la hora de responder.
¿Qué supone pasar de la libertad a entrar en prisión?
A mi parecer supone un “periodo purgatorio” en el que se consume
nuestro tiempo y pensamiento y pensamientos en muchas cosas que has hecho mal
en la vida o en un momento puntual, el cuál te hace verte aquí. Se genera un
espacio de reflexión, pero no precisamente en él delito que te ha traído aquí,
sino en aspectos de carácter personal o emocional que te atormentan y te quitan
el sueño.
Ya después dependiendo de la
fuerza y el temple emocional que tenga cada uno puede llevarte a una depresión
o a aprovechar para recapacitar sobre tantos recuerdos y pensamientos que nos
bombardean continuamente en la soledad de nuestro encierro. Desde mi punto de vista,
dependiendo como gestione estas emociones, el interno puede entrar en un
proceso de deterioro personal y emocional, desvalorizándose a sí mismo y
atomarginándose, lo que podría llegar a ser su propia autodestrucción personal antes
que un periodo de rehabilitación
Luego está todo lo que has dejado fuera: trabajo, familia, pareja,
proyectos, planes… que en este punto hay que aceptar que se quedaron detrás del
muro y que cuando salgamos retomaremos lo que se pueda y aún permanezca ¿Lo que no? Pues cuanto antes aceptemos
que es el tributo que nos ha tocado sacrificar, antes podremos volcar nuestras
fuerzas en otros planes posibles. Dentro también tenemos que entender y saber
que se han perdido muchas cosas que no vamos a encontrar cuando salgamos, y eso
duele mucho, como puede ser ver crecer a un hijo.
¿La atención que recibes la consideras adecuada?
En temas de estudios, escuela, médico, terapia, psicólogos u
trabajadores sociales que son muy importantes es bastante deficiente. Desde mi
punto de vista todo va muy lento y es ineficaz en la mayoría de casos. Tienes
que tener mucha paciencia y persistencia. Como no estés encima no consigues
nada. Aquí no se le da la importancia suficiente a las necesidades o problemas
que tenemos, y cuya atención haría
nuestra reclusión mucho más llevadera
“Ajo y agua” es una contestación muy habitual aquí como respuesta a
alguna petición sobre algún tema que necesites y quieras abordar. Eso si… curas
católicos, evangelistas, el culto y todo un elenco de predicadores tienes a tu
disposición, algunos hasta 2 y 3 veces en semana que te aseguran cubrir la
atención espiritual que necesitas para la solución. Así está el patio señores.
¿Crees que la cárcel rehabilita socialmente a las personas?
Pienso que la rehabilitación es un concepto bastante ambiguo. La
conducta de una persona, su forma de ser, su filosofía de vida y por lo tanto
de actuar, no es algo que se desactive al momento como un interruptor o cambiar
una bombilla por otra diferente.
Yo soy yo por la suma de experiencias vividas, por las decisiones que
tomé mal o bien, por las determinaciones y la perseverancia que tuve en ellas.
Todo esto es un largo desarrollo enmarcado por el escenario social de donde me
crié, de los lugares y personas con lo que me he relacionado, con la educación
que me dieron, y con los valores que he ido adquiriendo por las experiencias a
los largo de mi vida.
¿En qué punto estos factores esta el error que me llevo a delinquir?
No sabría decirlo. Pienso que nunca he hecho lo que debía, siempre he
hecho lo que creía. Puede que el problema no sea el 100% del preso, todos los que
estamos aquí hemos delinquido está
claro, pero somos el resultado de un sistema que no funciona. De una sociedad
podrida que necesita muchísima mayor rehabilitación que nosotros. No quiero
exculparme ni mucho menos, solo reflexionar.
La delincuencia social es también un hecho. Ningún banquero o pocos de
los que conozco son honrados. Los bancos roban a muchos ancianos por medio del engaño.
Los políticos roban a bolsa llena, es un gran negocio. Alcaldes recalifican
terrenos naturales para especular con ellos robando patrimonio natural de
todos, los países sobornan con dinero para tener derecho a contaminar sin
importar las consecuencias, las multinacionales también… Hay muchos abusos
laborales que roban sudor y dignidad a un trabajador que encima tiene que
agradecer que le den un trabajo. Es interminable la lista de delitos y
comportamientos deshonrosos que a diario se cometen a nuestro alrededor y se
supone que toda esa gentuza es la que construye la sociedad donde vivimos y que
dan ejemplo de honradez.
¿Quién juzga al juez y a sus fiscales? ¿Quién controla a quienes nos
controlan? ¿Quién rehabilita al sistema que nos quiere reinsertar en esa
sociedad? ¿Quién nos da lecciones de honradez? Nos graban a fuego una sociedad
de consumo, de valores materiales a los que la gran mayoría no podemos
acceder. En definitiva, un mundo de
ficción que te convierte esclavo del consumismo. Es un mundo idealizado,
antinatural e inalcanzable para los pobres desgraciados que quieren intentar
alcanzar todo los que nos anuncian por la tele. Es insostenible. La jerarquía social es una larga escalera en la que cada peldaño vale
una pasta que no todo el mundo se puede permitir.
¿Por qué piensas que algunas personas llegan a reincidir?
Cada persona o caso es particular. Por lo que veo aquí, en la prisión
en general y sobretodo en mi módulo con mis
compañeros con los que me relaciono la mayoría entramos porque nos gustaba
llevar un nivel de vida acomodado. Me pongo como ejemplo: procedo de una buena
familia con una buena educación, valores y principios morales, nunca faltó el
dinero en mi casa, ni comida ni ropa y delinquí sin necesidad.
Es verdad que en el caso de otros compañeros están por motivos
económicos de no tener trabajo, hipotecas que pagar, deudas, familias que
mantener etc. No sé si la zona donde
vivimos (provincia de Cádiz) tiene algo de culpa en todo esto, ya que hay
ciudades como La Línea de la Concepción donde el tráfico y el contrabando está
a la orden del día, pero eso sí, allí
también vive mucha gente trabajadora.
Sabemos perfectamente lo que es legal y lo que no, y que las cosas en
la calle están duras, así que nada va a cambiar porque pasemos una temporada
encerrados, ya que cuando salgamos seguirá produciéndose lo mismo. Hace tiempo
se podía decir que con poco me conformo, que no te hacía falta mucho para
vivir, pero hoy es necesario mucho dinero para subsistir. Estoy seguro que
nadie quiere volver a la cárcel, pero hay que tener muchos cojones para pedir
limosna. En este punto recuerdo el dicho de “es más rico el que menos necesita”
porque por desgracia se necesita si o si. Desde luego si algo se aprende bien en la cárcel es precisamente a delinquir,
y si algo hiciste mal y te encerraron por ello aquí puedes aprender a hacerlo
mejor para la próxima vez y que no te pillen. En tus pensamientos está el
volver a hacerlo ya que es el tema preferido de conversación del 80% de los
internos. Por desgracia es así
Podeis leer la segunda parte de la entrevista pinchando aquí
Hola Javier, lo primero gracias por mandarme el enlace para que leyera estas letras.
ResponderEliminarLa carta me parece muy realista, la verdad es que me ha transportado a una conversación informal con cualquier usuario de mi módulo, quizás con cierta falta de objetividad, y es normal, pues esta persona se expresa desde su posición como preso.
Lo que de verdad me ha chirriado un poco es el tema de la atención personal que recibe. No sé en que centro penitenciario está contextualizado el interno en cuestión, supongo que en alguno de los existentes en Cádiz. Tal vez al preguntarles a los usuarios con los que trabajamos en Almería la contestación fuese la misma y puedo darles la razón en que algunos de los profesionales pueden brillar por su ausencia, pero jamás podrán rebatirme la figura del Educador, los maestros, monitores, personal médico y por supuestísimo de las trabajadoras/es sociales.
Quien lleva trabajando décadas en prisiones sabe de la importancia del Tratamiento Penitenciario y de como las prisiones han evolucionado hacia un modelo más humano. La suerte que tenemos en Almeria, es que nuestro centro no es Tipo (esto es, macrocárcel), con lo cual la relación con el interno es más cercana y mucho menos fría que en una prisión ultramoderna donde los funcionarios solamente ven a los internos por cámaras y la interacción es mínima.
En el libro de Mercedes Gallizo "Penas y Personas" si lo habéis leído, muestra también cartas de los presos a la que fué durante años nuestra Directora General, y también me sorprendieron muchas de las quejas que tenían los usuarios y sus familias, también agradecimientos, aunque menos.
Enhorabuena por la iniciativa...
Buenas Jose Manuel, esta muy bien contar con tu opinión puesto que como comentaba al inicio de la entrada el trabajo social en prisión es el gran desconocido de nuestro ámbito. La queja sobre la atención que recibe creo que responde, aparte de los argumentos que tenga, a la frustración de verse tan limitado por el simple hecho de estar preso. Respecto al papel de los profesionales dentro de la cárcel he escuchado alguna vez que os encontrais muy limitados a la hora de intervenir debido a la normativa y excesiva burocratización del sistema ¿Qué nos podrías decir sobre esto? Sobre el tema de quejas y agradecimientos te encomiendo a leer la segunda parte la semana que viene ya que manda un mensaje a todas las personas que trabajais en centros penitenciarios. Saludos
EliminarMagnífico artículo. Felicidades
ResponderEliminarGracias compañero, la verdad que es una experiencia bonita darle voz a una persona que se encuentra en esta situación. Saludos
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