viernes, 19 de junio de 2015

La lamentable situación del empleo social

La situación de empleo en el ámbito social  muestra una lamentable y preocupante situación sobre la que poco se escribe. Ya conocemos los recortes sociales que las entidades han sufrido a todos los niveles, y que les han llevado a la supresión de diversos servicios o la desaparición total de actividad, pero hablo sobre lo que hay detrás de todo esto.

Estas entidades se ven muy limitadas a la hora de contratar personal profesional para sus servicios, y prefieren sustituirlos por voluntarios, en su mayoría sin formación, que realizan funciones especializadas para las que no están preparados. Este intrusismo viene amparado en parte por una ley de voluntariado en la que se escudan las entidades para ahorrarse unos cuantos sueldos. La desprofesionalización conlleva un servicio de mala calidad y cuestionable ética que se ha instalado en este desolador panorama

La picaresca viene cuando son las propias entidades las que  invitan a quienes buscan trabajo a realizar voluntariado para introducirse en su organización bajo mentiras y falsas promesas. Las personas, bastante desesperanzadas ante el mercado laboral,  cubren un puesto de forma gratuita pensando que algún día le pagarán por ello. No conozco ningún ámbito profesional en el que se encomienden labores especializadas a personas sin formación o sin retribuirle por ello tanto como en nuestro ámbito social. Por el carácter histórico de ayuda altruista a los demás parece que nos hemos tenido que tragar esta situación que incluso ya normalizamos cuando nos topamos con ella.

Si a esto le unimos la falta de experiencia laboral (que no profesional) de unos jóvenes recién titulados, es evidente una falta absoluta de oportunidades para una generación muy preparada y motivada que no consigue encontrar un puesto de trabajo.  Es imposible hacerlo cuando en cualquier oferta exigen alrededor de 2 años de trabajo, y en puesto similar. Todo ello viene de colectivos que exigen y luchan por una igualdad de derechos que no son capaces de poner en práctica a la hora de contratar nuevo personal. Curioso cuanto menos.

En conclusión, el deleznable y rastrero intrusismo que solo se da a estos niveles en nuestro ámbito, y la falta total de oportunidades a jóvenes sin experiencia laboral expulsa a un grandísimo número de personas a desechar la idea de trabajar en lo social. Más triste resulta cuando se prescinde de personas que estudiaron de forma absolutamente vocacional y se ven obligadas a trabajar de cualquier otra cosa por el hecho de conseguir un sueldo que necesitan para vivir. 

La perseverancia, lucha y la formación son las únicas armas con las que contamos quienes tenemos bien claro que lo social es nuestra meta. Siempre hay que aspirar alto y saber que al menos por nuestra parte lo damos todo para poder dar lo mejor el día de mañana que, tened claro, llegará.


30/09/2016 P.D.: Finalmente cambie radicalmente mi actitud, supe ver la oportunidad y escogí el emprendimiento en trabajo social como salida laboral. Descubre en que te puedo ayudar en www.jabegasocial.com

2 comentarios:

  1. Antes me he equivocado y he puesto el comentario donde no era, perdón :)
    A todo esto que comentas súmale la gente que las asociaciones han echado y les han dicho que si quieren seguir ahí tiene que ser como voluntarios. Me contaron un caso de una trabajadora social a la que echaron, metieron en su lugar a alguien enchufado que no tiene nada que ver con el trabajo social, y después llamaron a la que echaron para que enseñase a esta última.
    Estas cosas ya no tienen nombre. Hay que seguir luchando.
    Comparto el artículo :)

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    1. Reseño mucho lo de nuestro ámbito porque no deja de ser tremendo que cosas como la que comentas sucedan en entidades de luchas por las injusticias, igualdad, inclusion etc. Si es que hay que predicar menos con palabras y mas hechos. Un abrazo

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